miércoles, 18 de junio de 2014

La despedida de India...

By Sole 

16 de febrero de 2014

Ultimo desayuno en Jaipur. Nuestra actitud frente a la cantidad y calidad de alimentos de esta comida había cambiado rotundamente desde aquel primer desayuno en Agra. Ya habíamos incorporado algunas frutas peladas, algún que otro omelette y hasta yogurt casero (sin el agregado del saborizante artificial de ananá era intragable!!!). Para esa mañana teníamos programado “tiempo libre por los famosos mercados de Jaipur”; nos quedamos con el recorrido de Old Town propuesto por la guía Lonely Planet. Le pedimos a Ravi que nos dejara en New Gate (una de las puertas de la muralla que rodea la ciudad vieja), la cual estaba marcada como sitio de inicio. Terminamos bajando en un estacionamiento donde quedó Ravi durmiendo, y caminamos unos 200 metros hasta la puerta, confiando en sus palabras.

Teóricamente al ingresar y doblar a la derecha teníamos que chocarnos con el mercado de telas y textiles, pero lo que encontramos fueron carros llenos de ropa –camisas, pantalones, zapatos, etc.– alrededores de los cuales había muchos indios revolviendo. Siguieron manteros con tuppers, herramientas, y hasta pesas y mancuernas. Qué variado el mercado de textiles…



Esperábamos encontrarnos con la avenida del Hawa Mahal luego de tres cuadras, pero encontrarnos una avenida menos glamorosa de lo que recordábamos con varios vendedores de verduras. Qué raro, era la primera avenida, estaría mal dibujado el mapa??? Giramos, caminamos un par de cuadras, pero no encontrarnos ningún edificio conocido. A esta altura estábamos casi seguros que Ravi nos había dejado en cualquier puerta (que le quedaba cómoda a él por la ubicación del estacionamiento) y que estábamos en cualquier lado. Sin preocuparnos demasiado resolvimos el problema parando un tuk tuk, al cual le pedimos que nos llevara al Hawa Mahal. Antes de subir dejamos bien claro el precio y que el mismo nos incluyera a los dos (un timo común es arreglar un precio y cuando uno llega a destino descubre que ese valor era por un solo pasajero, no por ambos). En menos de 5 minutos estábamos frente al Palacio de los Vientos; a unas 10 cuadras de donde nos habíamos subido al tuk tuk,  pero sin un sólo nombre en las calles era imposible ubicarse... 

Confirmamos que habíamos ingresado por la puerta equivocada a la ciudad vieja y en lugar de haber caminado por el mercado de textiles para turistas, lo habíamos hecho por el mercado donde compran los locales.

Aprovechamos la vista que teníamos de la vereda de enfrente al Hawa Mahal para sacar fotos desde un mejor ángulo del que lo habíamos hecho la vez anterior. No tardaron en aparecer un par de hombres que nos ofrecieron ir a la terraza de los edificios que están frente al palacio para sacar mejor fotografías. Rechazamos la oferta y los ahuyentamos diciéndoles que era nuestra tercera vez en Jaipur y que ya teníamos fotos desde ahí arriba. Continuamos la caminata por la avenida perpendicular a la del Hawa; al ser domingo por la mañana estaban todos los negocios cerrados!!! Eramos los únicos turistas y los únicos blancos del lugar, imposible no llamar la atención de las pocas personas que nos cruzamos (que nos miraban de arriba abajo, y de abajo a arriba), incluidos los conductores de tuk tuk.

Fue una caminata muy tranquila y amena. Luego de un buen rato regresamos a la zona de New Gate, donde estaba concentrada la mayor cantidad de gente. Cerca de las 11 hs comenzaron a abrir los locales textiles que no habíamos visto al inicio del recorrido; aprovechamos el horario para comprar un bolsito y ver hasta donde podíamos extender el regateo.

En la avenida del Hawa Mahal los negocios que vendían Jewelery estaban cerrados, y el lugar había sido apoderado por numerosos vendedores de frutas y verduras frescas de muy buen aspecto. Intercalados estaban los infaltables polleros que desplumaban pollos recién ajusticiados. Grupos de mujeres de todas las edades recorrían el lugar y se aprovisionaban. Se podría decir queque tuvimos la posibilidad de recorrer un mercado auténtico y ver como se desarrollaba una típica mañana de domingo.


Mercado de frutas y verduras.



Esperando ser degolladas.


Alguien ve algo raro???

Tras caminar unas 2 horas regresamos al estacionamiento a buscar a Ravi, quien estaba durmiendo con los pies sin calzado (sólo con medias) saliendo por la ventanilla delantera del auto. A esta altura del viaje ya era una imagen típica de chofer indio.

Cerca del mediodía emprendimos el regreso. Teníamos por delante 260 km, unas 5 horas de viaje. Atravesamos la ciudad vieja y fuimos nuevamente hacia Amber. Esta vez el panorama fue distinto, el mayor caudal de tránsito en ambos sentidos puso en evidencia la estrechez del camino que en varios sectores a lo sumo sería de 1 ½ manos. Desde ya que entre el tránsito no faltaban elefantes que iban desde Amber hacia la zona de Jaipur luego de terminar su labor matutina; me impresionó la mirada triste que tenían esos animales!!!


Por el transitado camino a Amber.

Más allá de Amber, la ruta se ensanchaba y se transformaba en “autopista”. Al costado del camino los pueblos se sucedían de manera casi ininterrumpida: poblados de mayor o menor tamaño, con sus mercados y casas humildes, apenas separados por metros de terrenos baldíos, campos o fábricas de ladrillos.

Los camiones abundaban tanto en los 3 carriles que tenía la carretera, como a los costados de la misma donde estaban estacionados (con ropa colgando desde los espejos retrovisores y limpia parabrisas) junto a piletones donde se bañaban los conductores. En general estos vehículos eran muy coloridos, tanto la cabina con la parte trasera. Casi todos tenían el mensaje “Blow Horn”, “Please, horn”, “Use dipper at night” o una combinación de los previos. Como ya mencioné previamente el “blow horn” indicaba que si queríamos pasarlo teníamos que tocar la bocina para que se hiciera a un lado. El “Use dipper at night” era para lograr el mismo efecto pero de noche: un par de guiños con luces altas para que se corran. Por favor no confundir con “Use diapers at night”!!!


Blow Horn!
Hicimos la parada obligatoria de almuerzo y uso de sanitarios. Lugar muy parecido al que habíamos parado en el viaje de ida, con restaurante y negocio de souvenirs con precios super inflados. Nos limitamos a estirar un poco las piernas y comer un par de galletitas que habíamos llevado.

La primera parte del viaje Ravi estuvo bastante callado y sólo la música india (incluyendo el hit “you are very beautiful”) quebró el silencio. A medida que fueron pasando las horas nuestro chofer comenzó con el “sir, you happy? No smile like me and madam”, aparentemente a Seba no se lo veía muy feliz desde el espejo retrovisor, jaja.
Otra vez los temas de conversación fueron muy variados incluyendo métodos de calefacción y cocción de alimentos, uso de castigos físicos en la educación incluyendo el stick, eructos, culminando en un duelo a ver quién era el más pobre y desdichado: chofer vs pasajeros. En realidad este último tema surgió a raíz de un comentario de Ravi que comenzó con “you rich people”. WTF??? Tal vez comparados con un chofer indio éramos ricos, pero comparados con un rico éramos y seguimos siendo pobres. 

No faltó tampoco durante el viaje un atascamiento, en el que estuvimos parados 15 minutos sin movernos. Los choferes se bajaban de sus autos y se iban a ver qué sucedía; nunca descubrimos la causa.

Luego de estar más de cinco horas y media viajando rechazamos la propuesta de ir a tomar un té que nos hizo Ravi unos pocos kilómetros antes de llegar. Sólo queríamos llegar a lo de Coca y Fer!!! Tras varias vueltas por Gurgaon finalmente llegamos!!! Nos despedimos de nuestro chofer sin olvidarnos de darle su tan esperada propina (para no quedar como amarretes ni despilfarradores de dinero, le consultamos previamente a David Díaz cuanto se le solía dar por cada día de servicio).

La despedida de Ravi.

En Gurgaon nos esperaban con medialunas con queso tostadas!!! Yummy!!! Compartimos lo que quedaba de la tarde, y la cena con nuestros amigos. Fer se lució con unos brochetes de pollo (que estaban riquísimos) con un mix de vegetales salteados.


Por cenar con Roti.

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