By Sole
Sábado
11 de octubre 2014
A las
4:10 comienza a sonar en el iPod:
I got a hangover, whoa!
I've been drinking too much for sure
I got a hangover, whoa!
I got an empty cup
Pour me some more
So I can go until I blow up, eh
And I can drink until I throw up, eh
And I don't ever ever want to grow up, eh
I wanna keep it going, keep keep, keep it going,
going, going, going....
Definitivamente
es nuestra canción oficial de despertador de vacaciones anunciando que nos
tenemos que levantar!
“Knock,
knock” escuchamos desde la puerta, es el chofer chequeando que nos hayamos
levantado. Le indicamos que ya casi estamos listos. Si bien es muy temprano
estamos despiertos y entusiasmados con la idea de visitar el parque Kruger! Va
a ser nuestro primer contacto con los animales que tantas veces hemos visto en
documentales!!!
Aún no
amaneció. Son las 4:30 hs, todo el lodge parece estar dormido. En el comedor
nos encontramos con una pareja de norteamericanos que van a hacer la excursión con
nosotros. Están tomando un té con unos trozos de pan duro que hay junto al
termo de agua caliente… debe ser para comer remojado… Mejor paso, no tengo
hambre a esta hora.
El día
no parece haber mejorado mucho: está nublado, brumoso y garúa. Nos ubicamos en
la camioneta y partimos raudamente hacia el parque. No pasaron ni veinte minutos y ya estamos
atravesando el portal Crocodile Bridge. Dentro del parque cambiamos de
vehículo, abandonamos la combi y subimos a uno de los clásicos jeeps de safari
semiabiertos con varias filas de asientos. Ya hay tres muchachos sentados en la
primera fila; nosotros nos ubicamos en la segunda y los americanos en la
tercera y última. Antes de partir tenemos que firmar un deslinde de
responsabilidades; otra vez nadie se quiere hacer cargo si nos come un león!
El bush
walk está a cargo de dos game rangers, o guardaparques, vestidos con camisa y
shorts verde militar. Se presentan como Scott, y … no entiendo el segundo
nombre, así que para mí van a ser el Young y el Old Scott. Young Scott se
sienta frente al volante y nuestra travesía por el parque comienza!!!
Inicialmente
tomamos un camino pavimentado, por los que habitualmente circulan los autos
particulares durante los game drives o safaris; el parque aún no abrió para el
público en general por lo que somos los únicos ahí. Tras pasar junto a un
cartel que prohíbe el ingreso de vehículos continuamos por el ripio. A la
distancia divisamos los primeros animales: impalas, búfalos y wildebeast
(ñus)!!!
Minutos
después nos detenemos. Los rangers desenfundan dos carabinas y las cargan con
unas balas que me llaman la atención por su gran tamaño; guardan otras tantas
en sus cinturones. Qué ilusa que soy! Yo pensaba que los guardaparques iban a
ir con armas cargadas con dardos tranquilizantes… No vamos de cacería pero hay
que estar preparados para cualquier eventualidad.
Continúa
garuando. Nos colocamos formando una medialuna frente a los Scotts quienes nos
dan indicaciones de cómo debemos comportarnos durante la caminata por el bush.
Me invade una sensación de inseguridad y aflora la duda: “y si no entiendo
alguna de las instrucciones???”. Pronto me relajo, si no entiendo lo que tengo
que hacer, haré lo que haga el resto del grupo…
Con los
dos Scotts armados al frente comenzamos a caminar en hilera. Por mi “gran
estatura” me toca ir inmediatamente detrás de ellos… peor es ser el último de
la fila, eso si me daría miedo! El piso está cubierto de pastizales
amarillentos y bosta que junto a varios árboles sin hojas que parecen secos
dominan el paisaje. A lo lejos vemos un kudú y varios impalas que al notar
nuestra presencia se esconden. En este momento no somos inofensivos seres
humanos que circulan en un camión (situación a la que los animales están
acostumbrados), sino que tomamos el papel de depredadores, lo que también nos
coloca en una posición peligrosa.
Iniciando la caminata! |
Avanzamos
guiados por las pistas que nos va dando el camino: huellas, pozos, ramas rotas,
bosta y sonidos. Me invaden sensaciones encontradas. Por un lado quiero ver a
los big five (león, leopardo, elefante, rinoceronte y búfalo), pero por el otro
lado me daría mucho miedo encontrarme con ellos. Realmente no sé si quiero
encontrarme con un león…
Pistas |
Pasa un
rato largo sin avistar ningún animal, pero eso no impide que no nos vayamos
deteniendo cada tanto motivados por alguna pista. Me sorprenden las
explicaciones técnicas de los guarda parques, parecen ser personas con
experiencia y muy bien formadas.
Cuando
parecía que estábamos solos entre los matorrales Young Scott nos dice “a
giraffe”. Qué visión tiene este hombre!!! A unos 200 metros de distancia
divisamos la silueta de una jirafa. No lo puedo creer!!! Junto a nuestros pies
vemos restos de hojas verdes distribuidas por el piso, probablemente antes pasó
por donde estamos nosotros ahora… Avanzamos un poco, hay que hacerlo lentamente
y en silencio para no asustarla. Según los Scott el comportamiento del animal
no es el esperado, algo la está alterando… no es conveniente acercarse más…
mejor cambiamos de dirección.
A giraffe! |
Tras
caminar unos metros Seba emite un “shh, shh”, uno de los sonidos para llamar la
atención de los guardaparques según las indicaciones que nos habían dado, y
señala al frente. A unos cincuenta metros de nuestra posición había otra jirafa,
mucho más cerca que la anterior!!! En cualquier momento nos come un león!!! Si
los Scotts no vieron esta jirafa también se les puede pasar cualquier otro
animal… Esta parece más tranquila así que nos vamos a acerca lentamente por un
costado. Está distraída comiendo hojas de un árbol que se resiste a secarse. De
repente nos mira! Tal como nosotros analizamos lo que ella está haciendo, ella
analiza nuestros movimientos. Creo que esto va a ser lo más cerca que vamos a
llegar. Foto!
La jirafa de Seba |
Continuamos
caminando; por momentos lo hacemos raudamente, en otros de manera sigilosa para
pasar desapercibidos. Lo que sí es una constante es la materia fecal de todo
tamaño, color y humedad que a esta altura forma parte de la suela de nuestras
zapatillas. Está por todos lados, es imposible no pisarla!!!
Siete y
treinta, ya hay más claridad en el cielo y es hora de hacer una parada! Nos
acabamos de detener en un claro, donde parece no haber animales en los
alrededores. Los Scotts nos invitan a desayunar. Sacan de una de las mochilas
galletitas saladas, queso en fetas, maní con pasas salados, tiritas de algún
fiambre desecado (por lo que vimos en los supermercados parecían trocitos de
jamón de distintos antílopes y cerdos) y jugos de frutas. Luego de tanta
caminata y aún no haber probado bocado nos viene más que bien!
Entre galletas
y juguitos sacamos un par de fotos y nos detenemos a observar una tortuga
leopardo que sin temor pasa muy cerca del grupo; Young Scott parece abstraído
en lo que sucede alrededor, seguramente está siguiendo algunas de sus pistas. Entre
una cosa y otra pasan 15 minutos y ya no quedan rastros de los alimentos,
parece que una manada arrasó con todo!!! Rápidamente juntamos los envases
vacíos y continuamos caminando.
“Shhhh”,
Young Scott nos indica que hagamos silencio. Se escucha el ruido de ramas que se
quiebran. Parece que en los alrededores hay un elefante!!! Miramos, miramos y
finalmente a lo lejos logramos divisar la silueta de una gran mole grisácea con
grandes colmillos blancos entre árboles que parecen secos. No es un elefante,
son dos elefantes!!! Increíble!!!!
Qué es eso??? Se escuchan más ruidos, pero parecen venir de la izquierda… Otra vez tenemos que hacer silencio. En un tono muy bajo, casi cuchicheado nos indican que tenemos que caminar haciendo el menor ruido posible. Nos desplazamos sigilosamente. No puedo creerlo!!! Cuatro elefantes más, incluyendo uno pequeño!!!
Con un poco de esfuerzo van a ver los elefantes |
Estos
animales parecen destruir todo lo que se les pone enfrente, incluyendo los
árboles que siguen crujiendo. Uno de los elefantes se apartó unos metros del
grupo y entre las ramas nos mirá… es elephant mom preocupada por su cría!!!
“Shhhh”; con un movimiento nos indican que nos agachemos. Nos ponemos todos
juntitos y nos agachamos. Pasan los minutos, el paquidermo
sigue mirando inmóvil, lo mismo hacemos nosotros. Espero que esto no se
prolongue demasiado porque me empiezan a temblar las piernas por la incómoda
posición en la que quedé…
No sé
cuánto tiempo pasó, pero finalmente el animal pierde el interés en nosotros y
retorna a sus actividades. Todo el grupo camina hacia la derecha donde estaban
los otros dos, afortunadamente no vamos a morir aplastados por un elefante
movido por su instinto maternal!
Seguimos
caminando mientras el silencio y la inactividad dominan el lugar. Young Scott
sospecha que hay algún depredador en la zona, tal vez algún león durmiendo, un
leopardo o hienas… Qué miedo!!! Si bien estamos buscándolos, me daría muchísimo
miedo encontrarme con alguno… Las sospechas de nuestros guías no se
materializaron y apenas nos cruzamos con una púa de un puercoespín. Me llama la
atención su tamaño –unos 30 cm-, hubiese sospechado que eran más pequeñas; con
razón les sirve como arma de defensa. La devolvemos al piso donde pertenece; al
ser un parque nacional no está permitido llevarse “souvenires”.
Si bien
no vimos a ninguno de los sospechosos, escuchamos gritos de hienas –aunque no
sus risas-, el rugido de un león a lo lejos, y el de un estómago humano en la
cercanía… “that was your stomach?” preguntó un Scott a uno de los yankees. Insaciable!!!
Volvimos
a detenernos. Vemos en el piso varios pozos de forma cónica. Young Scott se
pone de rodillas en el piso y mete la mano. Comienza a sacar arena con la mano
mientras nos explica que algunos animales como los elefantes hacen estos huecos
en el suelo buscando agua. No terminó de decirnos esto que apareció el líquido
en el fondo del pozo. Increíble pero real, parece todo tan seco y sin embargo a
tan pocos centímetros del piso hay agua!!!
Old Scott mira el reloj. Hora de regresar al camión. Nos
preguntan para donde creemos que tenemos que caminar. Cada uno indica un punto
distinto; luego de varias horas de caminar en diferentes direcciones y con el
sol escondido, es muy difícil identificar los puntos cardinales; estamos
totalmente perdidos si dependemos de nosotros…
Pasamos
junto a un charco de agua con tierra húmeda alrededor. Hay unas huellas. Según
Young Scott pertenecen a un par de búfalos que pasaron por el lugar hace
aproximadamente una hora. Comenzamos a seguirlas. Huellas, más huellas y junto
a estas su bosta. Levantamos la vista y a unos 100 metros vemos un par de
búfalos que nos miran. Wow!!! Estos hombres no dejan de sorprenderme!!! Adivinos
o conocedores del tema??? Por lo que he visto durante la mañana opto por la
segunda opción.
Menos mal que no tengo ropa roja! |
Nos
replegamos como hicimos antes con un guía de cada lado y nos miramos un rato
con los búfalos; les sacamos fotos –apuesto que si ellos tuviesen cámaras
hubiesen hecho lo mismo-. Como nadie se mueve, tomamos la delantera y comenzamos
a caminar. No podemos quedarnos todo el día ahí mirándolos bajo la garúa.
Búfalos con más aumento |
En un
abrir y cerrar de ojos ya estamos en el camión. Parte de los asientos están
empapados. Nos acomodamos de manera tal de no mojarnos. Los Scotts descargan
sus carabinas y toman sus lugares. Hablan entre ellos y se ríen. El vehículo
hace un movimiento brusco y… plafff. El agua que estaba acumulada en el techo
cae sobre el parabrisas y Old Scott; Young Scott que es el que está frente al
volante previendo la catarata se desplaza hacia atrás. Son unos payasos!!!
Volvemos
hacia el portal donde nos espera nuestro chofer. Son las 9:20 hs; las 4 horas y
algo que estuvimos caminando pasaron rapidísimo!!! Con todas la ropa húmeda y
temblando de frío regresamos a la combi. Brrrr, está calentito!!! Nos
abrochamos los cinturones de seguridad y emprendemos el regreso al Lodge donde
nos espera el segundo desayuno del día!!! :-)
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