By Sole
Del game
drive que siguió sólo recuerdo el viento caliente golpeando contra las zonas
descubiertas del cuerpo incluido mi pelo con el flequillo. Apenas vimos algunas
cebras, steenboks, springbooks y un par de elefantes en un water hole; no era
el mejor momento del día para avistar animales. Además el chofer que nos había
tocado en suerte parecía bastante apurado y apuesto que en algunos tramos fue a
una velocidad mayor de la permitida.
Cuando
llegamos a Okaukuejo, otro de los camps del parque hicimos una parada para
hidratarnos y visitar el toilette donde pude ver el estado de mi cabello:
estaba todo enmarañado, duro y polvoriento –parecía paja. Este camp tiene la
proveeduría con la cajera más ineficiente del mundo!!! Al entrar a comprar un
agua recordamos nuestra visita el día anterior donde salimos con las manos
vacías luego de estar esperando unos 10 minutos a que atendieran a la persona
que estaba delante nuestro. Pensamos en comprar un helado pero de seguro que
iba a estar derretido antes de salir del local…
No sé
por qué razón nuestra estadía en este sitio se prolongó… tuvimos tiempo
suficiente para subir a una torre de un par de pisos que ofrece una vista
panorámica de la zona y para visitar el water hole. Mientras caminábamos entre
las cabañas y áreas comunes del camp tuvimos la impresión de que eran de una categoría superior al que habíamos estado previamente, incluso había un par de
cabañitas con vista al watering hole.
Vista desde la torre |
En el
rato que estuvimos pudimos ver lo que nos faltaba: una jirafa tomando agua en
primer plano. Es increíble la maniobra que tienen que hacer con sus piernas
para agacharse y de esa manera llegar con la cabeza al suelo. Tienen las patas
tan delgadas que parece que se les van a quebrar en medio del proceso. Sin
dudas esto fue lo mejor de la tarde!
Jirafa en water hole tomando agua |
Jirafa en primer plano |
Este
lugar era un gran predio con “permanent tents” o carpas permanentes. Habíamos
visto algunos lugares como este en fotos por lo que teníamos una idea de lo que
podíamos esperar… sin embargo recorrer nuestra propia tent fue toda una
experiencia…
Permanent tent |
Cuando
nos acercamos a nuestra carpa lo primero que vimos fue la terraza exterior con
una mesa de camping y una parrilla. Para resguardar el lugar del sol había una
especie de enrejado de madera con plantas a modo de techo. En un costado nos
llamó la atención la presencia de una
mesada con una pileta y la heladera. Extraño!!!
La curiosa heladera en el patio |
Con
curiosidad atravesamos la apertura que estaba entre la mesada y la carpa
propiamente dicha. Giramos a la izquierda encontrándonos con el baño que
incluía la ducha con una cortina de plástico y un cubículo con una precaria
puerta de madera donde había un inodoro… Tanto desde la ducha como desde el
inodoro se podían ver los árboles y el cielo; las ramas que hacían de pared
parecían estar bien colocadas de modo de guardar algo de privacidad. Al ver
todo esto lo primero que se me pasó por la cabeza fue el pensamiento “espero no
tener ganas de hacer pis a la noche!”; no había nada que separara el “sector
baño” del exterior.
Jungle shower |
Jungle toilet |
Ocupado!!! |
A la
derecha había una puerta con cerradura, tras abrirla ingresamos a la carpa que
tenía el tamaño de una habitación estándar de hotel y estaba ubicada sobre una
plataforma de material. Para que tengan una idea de las dimensiones, en el
interior había una cama de dos plazas, un sofá, y un escritorio con silla; era
tan pro que hasta tenía aire acondicionado! Lo único que tenía de carpa eran
las paredes de lona con aperturas de igual material.
El interior de la carpa |
Aprovechando
que aún hacía calor hice uso de la jungle shower. Mientras me bañaba mirando el
cielo imaginaba que estaba en la casa de Tarzán. Fue una experiencia muy
refrescante al final de una jornada de calor agobiante!!!
Ya
limpios y frescos nos fuimos a cenar; esa noche la cena era en el restaurant
self service del complejo. Como es habitual en los tenedores libres había un
sector de parrilla donde uno pedía lo que quería comer. Las carnes eran de lo
más variadas: beef, pork, lamb, eland, steenbok y red hartebeest (estos tres
últimos eran antílopes). También había un cocinero que se encargaba de saltear
vegetales y fideos de arroz.
Me
dieron lástima los ciervitos por lo que me limite a la carne de vaca. De lo
contrario, Seba con su espíritu innovador no le hizo asco a los antílopes con los
que llenó su plato. Terminada la cena fuimos hacia la zona de recepción, el
único lugar donde había wifi. Llevábamos más de 36 horas sin conectarnos con el
mundo. Cuando saqué la vista de mi viejo iPod descubrí que todo el grupo estaba
repartido en los sillones, cada uno concentrado en su celular, tablet o
notebook. La patética imagen de la “conexión” que “desconecta” gente entre sí.
Chequeados
los mails y Facebook regresamos a nuestra carpa alumbrando el camino con una
linterna. Venía tranquila hasta que a lo lejos vimos un pequeño animalito–
sospecho que era un zorrito- que al quedar en medio del foco de luz se apartó
del camino y no lo volvimos a ver. Si bien estábamos fuera del parque algunos
animales no conocen límites y están por todos lados…
Ya en
la tent fuimos juntos hacia el “sector baño” y tras cerrar la puerta con llave
nos dispusimos a dormir. Fue una noche un tanto larga llena de ruidos! Todo
hacía ruido y el silencio esperable del lugar por el simple hecho de estar
apartado de la civilización no era tal. El viento hacía que las paredes de lona
de la carpa se agitaran, las maderas del baño externo y del piso crujieran
–como si alguien estuviese caminando- al igual que alguna estructura metálica
que estaba en el patio y las ramas de los árboles se movieran; entre todos
parecían una orquesta sin director.
Luego
de un rato de estar alerta a cada sonido intentando identificar su procedencia
pude conciliar el sueño, pero no duró mucho… En medio de la madrugada
aparecieron las temibles ganas de hacer pis que luchaban con mi cobardía que me
impedía salir de la carpa. Cuando la situación se hizo insostenible no me quedó
otra que… levantarme e ir al baño??? No!!! No apareció ni una sombra de
valentía; sólo atiné a despertar a Seba para que me acompañara afuera. No lo
tomó por sorpresa porque el “Operativo baño nocturno” ya había sido planificado
previamente. El salió primero y encendió la luz, y luego salí yo; qué frío que
hacía!!! La temperatura había bajando varios grados desde que nos habíamos acostado.
Otra
vez en la cama, volvimos a intentar dormir, cosa que hicimos por un rato hasta
que a las 5 y algo escuchamos “I have a hangover, I’ve been drinking..”, la
melodía de nuestros despertador de vacaciones.
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