By Sole
A las
11 hs regresamos al hotel para proseguir viaje hacia el desierto. El grupo
había sufrido algunos cambios; el alemán y las señoras de Sudáfrica y Canadá
habían seguido otros rumbos, al tiempo que se había incorporado una inglesa.
Ni bien
salimos de Swakopmund tomamos la ruta que va hacia Walvis Bay, pasamos junto a
la Duna 7, la más alta de la costa, y por un pequeño arroyito donde había varios flamencos blancos y
rosados.
Flamencos blancos |
El
resto del recorrido tuvo una mezcla de grandes extensiones de arena
intercaladas con algunas sierras entre las que discurría la ruta en forma
zigzagueante.
- El curioso “toilette” en el medio de la nada; y cuando digo el medio de la nada, era literalmente en el medio de la nada. Apenas había un cartel que indicaba su existencia, y una “casilla de madera” con 3 paredes y media con un inodoro-letrina de plástico en su interior que desembocaba en un pozo. Obviamente que hicimos una parada acá; la escasa vegetación hacía imposible detenerse para un “bush toilette” –sólo para entendidos.
Desert toilet |
Quién se anima??? |
- El cañón del río Kuiseb que estaba completamente seco; igual bajamos para sacar fotos.
Cañón del río Kuiseb |
- El trópico de Capricornio.
Trópico de capricornio |
- Solitaire, la rareza del camino como verán por las fotos; aparentemente es el único lugar para cargar combustible entre Walvis Bay y Sossusvlei (el lugar hacia el que íbamos). Además de estación de servicio tenía un almacén de ramos generales, un taller mecánico, un lodge, una panadería y baños públicos. Si queríamos comprar alguna bebida o alimento para lo que quedaba de ese día y el siguiente esta era la oportunidad! Una vez más la heladerita del camión se llenó de cervezas… Habiendo dejado atrás la costa la temperatura había ido en ascenso, y el calor se hacía sentir. En lugar de helados y cerveza fuimos por una Coca Zero que resultó muy refrescante.Este lugar era de lo más extraño, parecía un gran escenario con cactus, restos de autos, curiosos carteles, un inodoro transformado en maceta en las inmediaciones de los sanitarios y hasta un pavo real.
Cerca
de las 17 hs llegamos al Desert Camp, un complejo de unas 20 permanent tents
ubicado en medio del desierto; mirásemos hacia donde mirásemos nos veíamos
otras construcciones. Con la experiencia de la carpa anterior lo primero que
hice fue ir a buscar el baño; respiré aliviada cuando lo encontré en el
interior de la carpa y comprobé que sus paredes eran de material. Un digno baño
de cualquier hotel! Lo único que tenía la habitación de carpa eran las paredes
y el techo.
Complejo de tents |
Nuestra tent |
Estábamos
más que satisfechos con el alojamiento, que incluía un sector de pileta, del
cual hicimos uso. El complejo era excelente, rodeado de paz y tranquilidad, con
las montanas en el horizonte, y un cielo infinito.
Vista desde nuestra tent |
Maravilloso atardecer en el desierto |
Cuando
nos encontramos con el grupo para cenar el comentario generalizado de las
mujeres fue: “qué bueno que el baño está adentro!”. El sanitario de la carpa de
Etosha había resultado traumático para todas.
Era
noche de “braii”!!! Abel y Phillips habían preparado cordero, salchichas de
orix y pinchos de pollo. Como guarnición había ensalada y polenta de maíz
blanco (milie pap) con salsa como plato típico con el que acompañan el asado.
Cuando
volvíamos para la carpa quedamos deslumbrados al mirar el cielo. Nunca habíamos
visto un cielo tan estrellado en nuestras vidas. No había un sector del firmamento donde no hubiese estrellas, algunas incluso a la altura de la línea del
horizonte. Impresionante!!! Lamentablemente no pudimos registrarlo con nuestras
cámaras de fotos –no profesionales- para compartirlo con ustedes.
Había sido un largo día en el que habíamos recorrido parte de la pequeña Swakopmund, viajado por le desierto conociendo sus curiosidades, y disfrutado de un asado bajo un cielo totalmente estrellado en la paz del desierto. Lo único que quedaba por hacer, era ir a dormir ya que al día
siguiente había que madrugar!!!
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