sábado, 7 de noviembre de 2015

El largo regreso: Windhoek - Johanneburg - San Pablo - Buenos Aires

By Sole

Lunes 20 de octubre

A las 5:30 hs sonó por anteúltima vez “Hangover”; antes de las 6:00 ya estábamos en el transfer yendo al aeropuerto. Despachamos la valija y nos fuimos a la zona de embarque. Apenas habíamos recorrido un par de negocios y tomado unos sorbos del café que auspiciaba de desayuno cuando nos llamaron para embarcar –unos 30 minutos antes del horario que figuraba en el pasaje y 60 del horario de salida. Café en mano caminamos por la pista hacia el avión por un “camino” delimitado por empleados del aeropuerto. Seba tiene la teoría de que embarcamos tan temprano porque 10 minutos después de nuestro vuelo salía uno hacia Cape y necesitaban la misma puerta y el mismo “cordón humano” para direccionar a los pasajeros del otro vuelo.

Esta vez el avión era más grande, pero apenas estaban la mitad de las plazas ocupadas. Fue un vuelo tranquilo y puntual; a las 10:00 hs ya estábamos en Jo’burg. Rápidamente encontramos al chofer con un cartel con mi nombre en la mano y fuimos hacia nuestro alojamiento “Outlook Guesthouse” en Benoni, un barrio cerrado en las inmediaciones del aeropuerto, en las afueras de la ciudad.

Estábamos advertidos de que Johannesburgo es una de las ciudades más peligrosas del mundo y que siempre debíamos movernos en taxi. Aún así nos llamó la atención el nivel de medidas de seguridad en el barrio. Para ingresar tuvimos que atravesar una barrera luego de que el chofer se diera a identificar con su huella digital; vigilando había un hombre con una itaca. En el camino hacia la casa nos cruzamos con un auto de la empresa de seguridad que daba vueltas, y notamos que las casas tenían rejas y paredones coronados con alambres de púa o electrificados.


Ni bien entramos en la guesthouse nos encontramos con un living con sillones y una gran mesa ratona, un bar y al costado un área como cuatro mesas con sus respectivas sillas. Enseguida vino a recibirnos Francois, nos informó que estaban terminando de prepara nuestra habitación y quiso saber cuáles nuestros planes para el resto del día y la cena. Teníamos dos opciones: ir al museo del Apartheid o al shopping. La decisión fue fácil cuando nos informó que sólo el transfer para ir al museo costada 800 R ya que había que atravesar toda la ciudad. Optamos por el shopping ubicado a unos 15 minutos.




Cuando entramos a la habitación encontramos la encontramos muy moderna, a tal punto que tenía la ducha y bañera incorporadas en el mismo ambiente que la cama. Esta vez ni siquiera estaba la pared de vidrio que habíamos visto en los hoteles asiáticos. Estaba la cama, una pared que no llegaba al metro y medio de respaldar, y del otro lado una bañera, una ducha y una mesada con dos piletitas. Desde la ducha se podía ver la tele!!!

Cama con ducha de fondo

Luego de acomodarnos partimos con el chofer hacia el shopping! A las 13 hs llegamos al East Rand Mall. Entre los restaurantes de junk food optamos por el clásico de la región –presente tanto en Sudáfrica como Namibia: Wimpy. Seba fue por la hamburguesa de promoción –una bomba atómica con bacon y un huevo en su interior- acompañada de papas fritas, y yo por un wrap de pollo que chorreaba mayonesa y salsa chili dulce. Con eso tuvimos comida chatarra para cubrir la cuota anual.

La Big Deal Burger de Seba

El resto del tiempo recorrimos varios de los locales comprando un par de cosas con precios convenientes; la verdad pasó rapidísimo. Cuando nos quisimos dar cuenta eran las 4 de la tarde, hora en que nos teníamos que encontrar con Moses –parece que todos los choferes se llaman igual en la región-. En pocos minutos estábamos en el lodge donde pasamos el resto de la tarde leyendo, escribiendo y reacomodando las cosas en las valijas para el viaje.

A las 19:30 hs bajamos a cenar. Como aún faltaba para la comida nos sentamos en los sillones del living. Poco a poco fueron llegando otros turistas, algunos habían regresado del Kruger y otros partían hacia ahí el día siguiente. Descubrí ahí que el inglés de los australianos era aún más inentendible que el de los sudáfricanos!!! Intercambiamos un par de palabras con una pareja de honeymooners de ese país que recién habían llegado a Sudáfrica –directo desde la fiesta de casamiento- y que tenían programado Kruger, Victoria Falls, y safaris en Kenia y Tanzania. Costó pero algo les entendimos…

Momentos después estuvo lista la cena y nos acomodamos en las mesas. Fracois en persona se había encargado de la cocina! El plato consistía en una hamburguesa casera en pan con palta, tomate, cebolla salteada y queso brie; el sándwich era tan alto que ni siquiera entraba en la boca! Venía acompañado de ensalada griega y papas al horno. Una versión gourmet de un simple plato. De postre helado de vainilla con obleas. Con el estómago feliz nos fuimos a dormir!


Martes 21 de octubre

Ya estábamos tan acostumbrados a madrugar que nos despertamos antes de que sonara el despertador. El canto de los pájaros ayudó un poco al desvelo.
A las 7:00 hs bajamos a desayunar. Ya le habíamos avisado a Fracois que no queríamos huevos ni panceta; no queríamos que con gran entusiasmo preparara algo que no íbamos a comer. Esta vez nos sorprendió con un bol con granola y frutas, yogurt, queso untable y un par de rodajas de fiambres. A esto agregamos un café con leche y una rebanada de pan negro. Fue un gran desayuno!

Yummy!!!

Casi a las 8:00 hs partimos hacia el aeropuerto donde aprovechamos las 2 horas que teníamos antes del embarque para hacer las últimas compras. Sorprendentemente y a diferencias de otros aeropuertos los locales tenían precios accesibles y en algunos casos hasta menores que en la calle.

Cosas lindas!

Nuestro avión

El viaje en avión fue un poco particular por los personajes que teníamos alrededor. En medio de esa seguidilla de horas, cargadas de comida, películas y una terrible confusión de horario vimos una de las cosas más extrañas que habíamos presenciado en un viaje: un hombre durmiendo arrodillado en el piso apoyando su tronco, brazos y cabeza en el asiento… Hemos volado en avión pero nunca habíamos visto algo parecido; por la cara de uno de los miembros de la tripulación que pasó por ahí creo que él tampoco podía creerlo…

Intentamos no dormir durante el viaje para hacerlo cuando llegásemos a Buenos Aires; esto hizo que el vuelo se hiciera eterno!!! Ya no teníamos posición para estar, y los ojos estaban super cansados después de tantas horas de tele. Sólo recuerdo haber visto “The secret life of Walter Mitty”, una película de la que nunca había oído hablar pero que me resultó muy entretenida.

Cuando llegamos a San Pablo descendimos del avión; teníamos que hacer combinación con uno de Turkish (vuelo que provenía de Istanbul y terminaba en Buenos Aires con escala en Brasil). Tras salir con retraso y recibir un servicio mediocre por parte de esta última aerolínea llegamos a Buenos Aires a las 21:30 hs. Sólo atinamos a tomar un taxi a casa e irnos a dormir… Seba durmió pero yo fui una vez más víctima del Jet Lag… a las 3:30 AM estaba horneando pan en la cocina!

Ahora a preparar el siguiente viaje!!!!

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