domingo, 3 de febrero de 2013

Comodoro Rivadavia

By Sole

Marzo 2011

Con motivo del casamiento de un amigo de Seba, nos fuimos a pasar un fin de semana largo a Comodoro Rivadavia. Era la primera vez que íbamos a esta ciudad costera ubicada en el sudeste de la provincia de Chubut. 


Algunos puntos a resaltar del lugar:


  • El viento!!! y cuando sopla el viento puedo asegurar que hace frío!!! Tal vez íbamos caminando por alguna calle soleada y nos teníamos que sacar las camperas, pero de repente comenzaba a soplar viento y la temperatura que percibíamos cambiaba sustancialmente teniendo que ponernos nuevamente los abrigos. Así pasamos los días poniendo y sacando el sweater!

  • Las calles, veredas y césped de las aceras estaban llenas de vidrios de botellas rotos. No sé si tendrán como costumbre romper los envases que encuentran tirados... En otros lugares es frecuente observar botellas de cerveza, vino, o gaseosas vacías tiradas en la calle, pero en general enteras, acá estaban siempre rotos!
  • Las peluquerías barriales de allá, son más caras que las peluquerías "no top" de Recoleta (me refiero a las que no pertenecen a grandes cadenas, que suelen ser bastante caras en cualquier lugar). El corte de cabello que en Buenos Aires estaba $40, allá estaba a $70, lo mismo el planchado! 
  • Los precios de los supermercados y los hoteles no se quedaban atrás. 
    No voy a dejar la oportunidad de hablar de nuestro hotel. Luego de una búsqueda por Internet descubrimos que no teníamos demasiadas opciones. Había un par de hoteles de 4 estrellas, a un precio parecido a un Sheraton, incluido el hotel donde era la fiesta de casamiento. Para el resto de los vivientes había algunos hoteles de 2 o 3 estrellas con opiniones poco atractivas en tripadvisor. Terminamos en el "Comodoro Hotel", que decía tener 3 estrellas, o al menos el precio lo decía. Ya en ese entonces pagamos $440 por noche! Lo único positivo que le encontramos fue su ubicación y la atención del personal; el aspecto edilicio dejaba bastante que desear. La habitación que nos tocó en desgracia era pequeña, y oscura con una pequeña ventana a un oscurísimo pozo de ventilación. No bien entramos vimos los dos pequeñas camas de una plaza, una contra cada pared con un espacio entre ambas, donde estaba ubicada la mesa de luz. En lo que quedaba de espacio un escritorio y colgando de la pared un viejo televisor. El piso tenía una alfombra, que supongo que era la causante de mis "descargas eléctricas" y el erizamiento de mi cabello. El baño, un capítulo aparte. Además de pequeño, tenía un receptáculo para ducha multifaz que impresionaba ser de plástico, es decir, un cuadrado que auspiciaba de bidet y de ducha; un asco! El desayuno sin ser nada del otro mundo, dentro de todo zafaba.
  • Las carreras de calle son distintas a las que había conocido hasta el momento. Justo lo días que estuvimos allá hubieron al menos dos carreras, una de 5 km y otra de 10 km, que pudimos presenciar. 
    Cuando llegamos nos cruzamos con la de 5 km donde participaban sólo mujeres. Cuando íbamos caminando por una de las calles céntricas comenzamos a ver algunas mujeres con remeras rosa-fucsia que corrían por el lado izquierdo de la calle, con autos que le pasaban por el lado derecho y esquivando a los estacionados del izquierdo. Dijimos "deben ser las últimas y por eso corren entre autos". 
    Al día siguiente escuchamos que a las 14 hs había una carrera de 10 km organizada por una cadena de ropa deportiva local, Hans Sachs. De casualidad en ese horario también estábamos caminando por la calle y nuevamente nos volvimos a cruzar con corredores, en este caso también había hombres y llevaban remeras de algodón rojas. También corrían entre los autos, y algunos conductores manejaban como si nada estuviera pasando. En un momento un corredor tuvo por más de media cuadra un auto que lo seguía a menos de 1 metro de distancia; el hombre se tropezaba y quedaba debajo del automovil!
    Otra cosa que me llamó la atención, fue que en el puesto de hidratación, que era de una pobreza extrema! En lugar de ofrecer botellitas o vasos con agua mineral, unos chicos entregaban bolsas de nylon transparente con agua de dudosa procedencia en su interior, que almacenaban en un bolso.
    En ningún momento vimos señalización de kilometraje ni calles cortadas, como suele ocurrir en este tipo de competiciones. Recordaré no ir a correr a Comodoro...

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