Septiembre 2011
Luego de una reconfortante noche de sueño, nos levantamos decididos a continuar con nuestro recorrido por Tandil.
Luego de una reconfortante noche de sueño, nos levantamos decididos a continuar con nuestro recorrido por Tandil.
Nos subimos al auto y GPS mediante
nos dirigimos a los destinos seleccionados para ese día:
Monte
Calvario
Dejamos el auto estacionado en la
entrada, donde no podía falta un cuidacoches con un par de perros y enfrente un par de
negocios de artesanías.
Comenzamos a caminar recorriendo las
distintas estaciones del Vía Crucis, construidas en piedra, de tamaño real en el
año 1943 (según consta en un cartel del lugar). El recorrido con escalinatas
ascendentes concluía en una imponente cruz alrededor de la cual la gente deja
pañuelos, estampitas, y placas de agradecimiento.
Cerro La
Movediza
Es el cerro donde estaba la
característica piedra movediza de Tandil. Era una piedra de casi 300 toneladas,
de 7 x 13 metros (máximo vértice y extensión) que se encontraba haciendo
equilibrio sobre otra piedra. La historia cuenta que el 29 de febrero de 1912,
cayó, quedando partida en 3 fragmentos, que aún se pueden ver al pie de la
ladera.
En el año 2007, fue reinaugurado el
paseo que lleva hasta la piedra, como Parque Lítico de la Piedra Movediza de
Tandil. Emplazada donde se encontraba la piedra, actualmente hay una réplica
compuesta por un entramado metálico con una cobertura de fibra sintética con la
misma textura, forma, color y tamaño que la original. Para acceder a la misma,
hay que subir largas escalinatas de piedra. Subir hasta ahí es como hacer una ergometría!
La Cascada
Esta fue una mini-excursión que
hicimos caminando. Partimos de nuestra casita en la calle Suiza hasta la av. Don
Bosco, y de ahí volvimos a alejarnos de la civilización metiéndonos en la calle
Yugoslavia. En el recorrido hacia el ingreso al paseo pasamos por la puerta de
la Hostería de la Cascada. Zona muy tranquila donde solo nos cruzamos con
algunos cuises, que iban de un lado al otro del camino.
Llegamos a un estacionamiento, donde
solo había un auto, y pasamos un molinete; el terreno es propiedad privada pero
esta abierto al público. El camino se bifurcaba, uno iba hacia una cruz y otro
hacia la cascada. Caminamos esquivando bosta que supongo que era de vaca, ya
que a pocos metros y del otro lado del alambrado había un grupo de ellas
pastando. Vimos bastantes pájaros confianzudos que se quedaban a corta
distancia, acostumbrados a la presencia humana. Llegamos hasta un punto más elevado, donde
había una muy buena vista de los campos circundantes; la cascada
que fuimos a buscar, era un diminuto chorrito de agua que apenas se
distinguía a muchísimos metros en la pared de un cerro.
Cerro del
Libertador
No es gran cosa, ni siquiera es un
cerro... Es un monumento, en medio de un parque en el casco urbano de la ciudad, de San Martín mirando al noroeste (Andes), con su caballo y por detrás un nido
de cóndores.
Lo más curioso fue que cuando
regresábamos por el parque al estacionamiento nos cruzamos con un trío de borrachines que iban con sus botellas hacia la zona de la estatua. Los
siguientes visitantes, seguro que vieron una imagen mucho más
pintoresca...
Época de
Quesos
Es una especie de pulpería que vende
quesos y fiambres, en la casa más vieja de la ciudad, un rancho de 1860, que fue
reacondicionado para tal fin en 1990. En su interior se expende al público gran
variedad de quesos, embutidos, fiambres, para llevar o consumir en cualquiera de
los ambientes de la antigua casa. Uno puede sentarse en la cocina, en alguna
habitación o bien en el patio. Permiten recorrer el lugar y tomar
fotos sin realizar ninguna consumición. Compramos un trozo de queso y algún fiambre para la picada de la noche.
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