viernes, 8 de febrero de 2013

Tandil (día 2)

By Sole

Septiembre 2011 

Luego de una reconfortante noche de sueño, nos levantamos decididos a continuar con nuestro recorrido por Tandil.
Nos subimos al auto y GPS mediante nos dirigimos a los destinos seleccionados para ese día:

Monte Calvario
Dejamos el auto estacionado en la entrada, donde no podía falta un cuidacoches con un par de perros y enfrente un par de negocios de artesanías.
Comenzamos a caminar recorriendo las distintas estaciones del Vía Crucis, construidas en piedra, de tamaño real en el año 1943 (según consta en un cartel del lugar). El recorrido con escalinatas ascendentes concluía en una imponente cruz alrededor de la cual la gente deja pañuelos, estampitas, y placas de agradecimiento.



Cerro La Movediza
Es el cerro donde estaba la característica piedra movediza de Tandil. Era una piedra de casi 300 toneladas, de 7 x 13 metros (máximo vértice y extensión) que se encontraba haciendo equilibrio sobre otra piedra. La historia cuenta que el 29 de febrero de 1912, cayó, quedando partida en 3 fragmentos, que aún se pueden ver al pie de la ladera.
En el año 2007, fue reinaugurado el paseo que lleva hasta la piedra, como Parque Lítico de la Piedra Movediza de Tandil. Emplazada donde se encontraba la piedra, actualmente hay una réplica compuesta por un entramado metálico con una cobertura de fibra sintética con la misma textura, forma, color y tamaño que la original. Para acceder a la misma, hay que subir largas escalinatas de piedra. Subir hasta ahí es como hacer una ergometría!



La Cascada
Esta fue una mini-excursión que hicimos caminando. Partimos de nuestra casita en la calle Suiza hasta la av. Don Bosco, y de ahí volvimos a alejarnos de la civilización metiéndonos en la calle Yugoslavia. En el recorrido hacia el ingreso al paseo pasamos por la puerta de la Hostería de la Cascada. Zona muy tranquila donde solo nos cruzamos con algunos cuises, que iban de un lado al otro del camino.
Llegamos a un estacionamiento, donde solo había un auto, y pasamos un molinete; el terreno es propiedad privada pero esta abierto al público. El camino se bifurcaba, uno iba hacia una cruz y otro hacia la cascada. Caminamos esquivando bosta que supongo que era de vaca, ya que a pocos metros y del otro lado del alambrado había un grupo de ellas pastando. Vimos bastantes pájaros confianzudos que se quedaban a corta distancia, acostumbrados a la presencia humana. Llegamos hasta un punto más elevado, donde había una muy buena vista de los campos circundantes; la cascada que fuimos a buscar, era un diminuto chorrito de agua que apenas se distinguía a muchísimos metros en la pared de un cerro.

Cerro del Libertador
No es gran cosa, ni siquiera es un cerro... Es un monumento, en medio de un parque en el casco urbano de la ciudad, de San Martín mirando al noroeste (Andes), con su caballo y por detrás un nido de cóndores.
Lo más curioso fue que cuando regresábamos por el parque al estacionamiento nos cruzamos con un trío de borrachines que iban con sus botellas hacia la zona de la estatua. Los siguientes visitantes, seguro que vieron una imagen mucho más pintoresca...

Época de Quesos
Es una especie de pulpería que vende quesos y fiambres, en la casa más vieja de la ciudad, un rancho de 1860, que fue reacondicionado para tal fin en 1990. En su interior se expende al público gran variedad de quesos, embutidos, fiambres, para llevar o consumir en cualquiera de los ambientes de la antigua casa. Uno puede sentarse en la cocina, en alguna habitación o bien en el patio. Permiten recorrer el lugar y tomar fotos sin realizar ninguna consumición. Compramos un trozo de queso y algún fiambre para la picada de la noche.


Terminamos el día comiendo una tradicional picada (¿Qué otra cosa se puede hacer en Tandil?) y una pizza casera.

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