domingo, 17 de abril de 2016

Escapada a Lobos

By Sole

Abril 2015

Apostaría que es el día más frío de lo que va del año… qué suerte la nuestra haberlo elegido para visitar la laguna de Lobos!!!

Cargamos todo el equipo de parrilla, sillas y algo de abrigos en el auto, y partimos hacia nuestro destino. Esta vez, el precario equipo de pesca de Seba queda en casa; aún no es la mejor época para los pejerreyes.

En una hora y algo recorremos los casi 100 km que nos separan de Lobos. Gran parte del trayecto es en autopista, excepto los últimos kilómetros que son por una ruta mano y contramano. En lugar de tomar la salida hacia el pueblo seguimos de largo en busca de la laguna que está 15 km más adelante.

Los días previos habíamos chequeado en Internet las distintas opciones de camping, siendo la selección final entre el del "Club de Pesca Lobos" y "Bahía de los Lobos". Finalmente el elegido fue Bahía de los Lobos. Un cartel con el nombre del lugar nos indica que giremos a la izquierda, desviándonos del camino que concluye en la costanera. En un día sin lluvia el camino de "ripio" por ser generosa y no llamarlo de tierra o barro no ofrece ningún problema, pero con agua tendría serias dudas…

Tras recorrer un poco más de un kilómetro por el desvío llegamos al camping! Tras pagar el acceso nos indican que nos ubiquemos donde queramos. El lugar es más grande de lo que había esperado. No solo hay fogones y área de acampe, sino que también hay espacio para trailers -hay varios aparcados que parecen formar parte de un asentamiento permanente- y cabañas muy bien puestas que hasta tienen pileta.

Nos ubicamos en el lugar más alejado que encontramos fieles a nuestro ostracismo. A pesar de ser temprano ya hay varios autos estacionados, cada uno junto a una parrillita indicando una posesión implícita sobre ella. Desde ya que nosotros también nos apoderamos de una, donde en un par de horas vamos a cocinar nuestro almuerzo.

Tomando valor nos ponemos toda la ropa que encontramos y bajamos del auto. Brrr, qué frio!!! Las ráfagas de viento sur son intensas, el sol poco puede hacer para calentar el ambiente. Mate en mano salimos a caminar por el lugar, siguiendo la orilla de la laguna. En el sector más alejado, donde aparcamos, predominan los juncos y varios carteles advierten que está prohibido bañarse en esa zona. Apenas un par de hombres, y en este caso cuando digo un par me refiero a 2, intentan suerte con sus cañas pero no parecen tenerla.

A medida que nos aproximamos a la parte de las cabañas la orilla se va despejando haciéndose más accesible el ingreso al agua, no solo para bañistas sino también para kayaks y botes. Habíamos pensado alquilar un kayak pero el frío por lo menos a mí me quitó todas las ganas.





Pasamos junto al sector de servicios que además de baños con duchas incluye una proveeduría. Es sin dudas el sector más poblado de todo el camping y como es de esperar el más ruidoso! Y justito en el momento en que pasamos el más oloroso… un grupo de muchachos están disfrutando de un porrito matutino.



Unos metros más adelante nos encontramos con un simpático muellecito de madera. Imagino que en la época de pesca, el muelle debe tener mucha más vida que está mañana en la que parece olvidado. Me parece un lugar interesante para sentarse con los pies colgando hacia el agua. Pero hoy no es el día… el viento nos hace regresar con nuestro mate hacia tierra firme.



Entre idas y venidas, mates y snacks, se pone en marcha el proyecto "encendido del fuego". Gracias a la gran cantidad de árboles en los alrededores no resulta difícil encontrar ramitas secas para colaborar en los primeros pasos de la difícil tarea que tenía Seba por delante. El pobre como pudo se las ingenió para preparar las brasas y cocinar la carne mientras yo intentaba levantar temperatura sentada bajo el sol. Mi parte del trabajo que era preparar la ensalada ya la había hecho en casa, solo quedaba condimentarla.

Tras almorzar levantamos campamento! El día continúa sin cambios, desapacible con frío viento. Con un par de grados más y sol nos hubiésemos quedado un rato más a descansar…
Volvemos con el auto hacia el camino principal, pero esta vez avanzamos hacia la parte "pública" de la laguna. Antes de llegar nos encontrándonos con una sorpresa… Si queremos acercarnos a la costanera tenemos que pagar!!! La suma no es grande, pero nos parece un absurdo… es lo mismo que cobrarle a la gente que viene de visita a Buenos Aires para que pasee por la costanera o el Rosedal… No tenemos nada que hacer por acá, ya hemos visto la laguna así que volvamos a la ruta!

Antes de volver a Buenos Aires vamos a pasar a conocer el pueblo de Lobos. Como de costumbre llegamos en el horario de la siesta! Fiel al concepto de pueblo, a las 14:30 hs de la tarde la calle es un desierto! Hacemos la parada habitual y casi obligada en la estación de trenes, si por el pueblo pasó o pasa el tren la buscamos y hacia ahí vamos!




Cerca de la estación encontramos la oficina de turismo donde nos atienden muy amablemente y nos dan un mapa para que nos orientemos. Todas las atracciones del lugar figuran ahí. Nos dirigimos hacia la plaza del centro, que como corresponde está rodeada por la iglesia y la municipalidad.







Caminamos un par de cuadras disfrutando de la tranquilidad del lugar y el solcito. El viento no se siente tanto como en la laguna y la temperatura es mucho más amena. En los alrededores nos cruzamos con varios locales comerciales, como confiterías, carnicerías, almacén, verdulería, inmobiliaria y tiendas de ropa, pero todos están cerrados. No sé si el pueblo tiene alguna especialidad, como los quesos de Suipacha, pero no nos cruzamos con ningún local de productos tradicionales.

Por lo que vemos en el mapa y ya habíamos previsto, la gran atracción del pueblo es la casa natal de Juan Domingo Perón. Controvertido personaje de la historia Argentina, amado por muchos, odiado por otros tantos. El horario de visita comienza a las 15 hs, por lo que estamos a tiempo de visitarla. Con Seba nos miramos y nos preguntamos mutuamente, "te interesa visitar la casa de Perón?". De forma unánime la respuesta es "no", por lo que si bien pasamos por la puerta del lugar para sacarle una foto, seguimos de largo.



Con esto dábamos por terminado nuestro recorrido por Lobos y alrededores!!! Tal vez otro día regresemos a la laguna en una escapada de pesca, pero procuraremos chequear previamente la temperatura e intensidad y orientación de los vientos!