sábado, 28 de mayo de 2016

Valparaiso allá vamos!!!

By Sole

Sábado 4 de abril

Nos levantamos tempranito, hacemos un rápido desayuno y salimos. Ups, son las 7:50 y el metro aún está cerrado. Habiendo calculado algún tipo de demora como esta en el tiempo de viaje, decidimos esperar junto a un par de personas más a que sean las 8:00 hs. Con puntualidad inglesa cuando el reloj marca la hora indicada nos dejan ingresar y 2 minutos después ya estamos en el subte.

Llegamos a la terminal de micros 20 minutos antes del horario de partida. Considerando que estamos en la capital del país me resulta pequeña. Recorremos la planta baja, y el primer piso donde se encuentran los baños -que resultan ser pagos-. Sólo nos queda sentarnos a esperar que sean las 8:40 hs. Qué bien vendría un cafecito caliente!!! Y como estamos de mini-vacaciones… este tipo de deseos se hacen realidad!!! Antes de subir al bus hacemos una para en uno de los bares para aprovisionarnos de cafeína!!!

Durante la espera descubrimos que podríamos haber comprado los pasajes ese mismo día sin problemas. Qué le vamos a hacer? Tenemos que aceptar que somos obsesivos de la planificación…

Una vez más partimos con una sorprendente puntualidad!!! Antes de salir de la ciudad paramos en "Pajaritos", otra de las paradas de buses a las que se puede llegar con el metro. Es sorprendente lo extendida que está la red en la ciudad; sería como llegar al conurbano bonaerense en subte…

Recorremos los alrededores de Santiago, a medida que nos acercamos a la periferia las edificaciones van siendo más escasas, entrando paulatinamente en una zona descampada con poca vegetación y montañas de fondo. Como estamos yendo hacia el oeste, o sea hacia el mar, vamos a tener que traspasar esas elevaciones… Por suerte existen túneles que las atraviesan y hacen que la travesía no sea tan complicada. El paso de cada túnel es una experiencia en sí misma!!! Tras emerger del primero nos encontramos con una zona brumosa. Ingresamos con una excelente visibilidad y salimos en medio de una nube!!! Y en el segundo, ingresamos con un cielo parcialmente nublado y salimos con sol!!!

No todo es naturaleza en los alrededores. Cada tanto pasamos por pequeñas áreas pobladas con cúmulos de restaurantes ruteros… ya me imagino las clásicas excursiones parando a desayunar, almorzar, merendar o lo que sea ahí con sus pasajeros cautivos…

Ya falta poco para llegar, la ruta se divide en dos cual libro elige tu propia aventura con dos destinos posibles, y este caso muy conocidos: Valparaiso y Viña del Mar. Tomamos la vía de la izquierda que nos conduce a la primera opción. Antes de darnos cuenta ingresamos en la ciudad y minutos después ya estamos en la diminuta terminal de ómnibus.

Ni bien bajamos del micro nos "atacan" de todos lados con ofertas de excursiones y mapas. Los esquivamos con gran habilidad encontrándonos con un puesto oficial donde nos entregan en forma gratuita información y un bonito mapa de la ciudad.

Las calles vecinas a la estación no son para nada atractivas. Abundan los manteros que en su mayoría venden huevos de Pascua -es su última oportunidad de vender los productos- intercalados con otros que exponen todo tipo de baratijas dignas de los antiguos locales de todo por $2.

Esquivamos a la muchedumbre que se agolpa alrededor de estos improvisados "puestitos" y caminamos hacia la zona del puerto. La avenida por la que vamos nos lleva hacia la Plaza de la Victoria y posteriormente nos internalizamos en lo que sería el distrito comercial con edificios de estilo europeo que albergan a diversos bancos. Por ser día sábado el lugar es un desierto donde si ni siquiera ruedan los fardos de pasto seco…




Siguiendo hacia el área portuaria, nos vamos metiendo en calles más estrechas con pequeños bares y restaurantes de aspecto populoso. Aún tenemos mucho por recorrer; no creo que el mediodía nos encontré por estos lares…

Entre ida y vuelta nos encontramos con una escalera con los escalones pintados de colores, y junto a esta uno de los famosos ascensores!!! De más está decir el rumbo que tomamos… a contar escalones se ha dicho!!! No creo que sea el lugar más popular del paseo por la suciedad y basura que abunda en la larga escalinata. Con algo de cansancio y la satisfacción de haber cumplido con la proeza llegamos a la cima!!! La verdad es que no fue para tanto, pero las escaleras me matan!!! Como siempre las vistas valen la pena el esfuerzo!!! Cuando estamos en medio de nuestra sesión de fotos uno de los vecinos del lugar nos advierte de que no nos adentremos en esas calles porque minutos atrás habían robado a unos turistas. Danger!!! Se activa la lamparita roja del peligro que hace que las defensas vuelvan a subir…



No vamos a tentar a la suerte…y la verdad es que la zona no es de lo más linda. A menos de 10 metros de los medios de elevación las construcciones son bastante precarias, bastante parecidas a las de los asentamientos de emergencia. Así que damos media vuelta y sin encontrar el mirador que teóricamente había en los alrededores volvemos a bajar por la misma escalera por la que habíamos subido.

Enfilamos hacia la plaza Sotomayor, encontrándonos a una una cuadra y algo de esta con el ascensor El Peral. No caemos en la tentación de hacer las cosas de la manera más fácil y vamos en busca de la escalera, que justamente está unos cuantos metros después. Por la poca gente -por no decir nula- que hay supongo que la mayoría debe utilizar el elevador… Subimos a paso sostenido en estado de alerta esperando que en cualquier momento aparezca un punga o algún perro callejero. Respiramos aliviados cuando llegamos arriba no habiéndonos enfrentado a ninguno de esos potenciales peligros (tal vez más imaginarios que reales pero riesgos al fin). Esta vez si encontramos el mirador!!! Y en consecuencia bastante gente, aunque no tanta para que salgamos corriendo de aquí!!! Entre los visitantes hay algunos argentinos y los clásicos brasileros con potentes zapatillas de correr AsiCs -con cuerpos que no evidencian el efecto de la actividad física- acompañados con sus mujeres con altos tacos que no sé cómo hacen para caminar sin caerse ni ampollarse los pies!!!

En el lugarcito que encontramos libre entre la gente intentamos algunas selfies con una bonita panorámica de fondo -se confirma que tenemos que comprar el famoso "palito"-. Agregado a la lista de compras para el próximo viaje!!!



Si agarran un mapa de la ciudad tendrán una idea que esta está edificada en la ladera de distintos cerros. En esta oportunidad estábamos en el cerro Alegre, donde está el paseo Yugoslavo.

Además de la vista, resulta sumamente atractivo el Palacio Baburizza que actualmente alberga al Museo Municipal de Bellas Artes. A partir de este punto se puede llegar a otros miradores y recorrer coloridas calles con cierto aire bohemio. No faltan los restaurantes y cafés con mesas en terrazas con excelentes vistas. Eso sí, para disfrutar de toda esta zona hay que estar dispuesto a caminar por calles con desniveles poniendo a prueba la fuerza y resistencia de las piernas… No tengo palabras para explicar lo placentero que es caminar por todas estar laberínticas callecitas en un soleado día de abril!!! Desde nuestra visión, vale totalmente la pena!!!

Palacio Baburizza
Este es uno de los casos donde las imágenes valen más que cualquier descripción, así que mejor véanlo con sus propios ojos en estas fotos que tomó Seba.





Qué hambre!!! Creo que se está haciendo la hora de comer!!! Tras evaluar un par de opciones terminamos almorzando en Brecon's. Ofrecen un menú que incluye lo que teníamos ganas de comer ese día: pescado! Obviamente, estando en una ciudad frente al mar no podíamos dejar pasar la oportunidad de comer un pescadito… En esta oportunidad la víctima fue la "reineta". No tengo idea de que pescado es, pero está rico.

No puedo dejar de mencionar lo que nos sucedió cuando pedimos el café que estaba incluido en el menú… nos trajeron 2 tazas con agua hirviendo y un tarro de Nescafé descafeinado!!! Si querían sorprendernos, realmente lo lograron!!! Ni siquiera en mi casa se me ocurre hacer algo así cuando alguien me pide un café…

Hágalo usted mismo!

Aún nos queda un lugar por visitar antes de regresar a Santiago. Si bien son las 14 hs y tenemos pasajes para las 18:30, o sea que tenemos bastante tiempo por delante, no queremos estar corriendo entre los cerros. Mejor tomarse las cosas con calma y dedicarles el tiempo que se merece… a "La Sebastiana", la casa de Pablo Neruda en esta ciudad. Si después nos sobre tiempo ya veremos qué hacer con él.





En las últimas cuadras que nos separan de la casa-museo comienza a aumentar la cantidad de gente y de puestos que venden souvenires con muy poca gracia. Menos mal que en su viaje anterior Seba se había comprado un par de imanes de heladera (su souvenir obligado de cada lugar que visitamos) porque los que había no eran lindos, y ni siquiera tenían buena terminación pero sí altos precios…

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