sábado, 30 de julio de 2016

Día ajetreado en Beijing recorriendo parques, templos, hutongs y hasta un banco!!!

By Sole

Tras haber visitado la Ciudad Prohibida del emperador cruzamos la avenida  que estaba frente a la salida por un túnel y salimos en la entrada del Jingshan Park. Pagamos el ticket de 20 Yn y fuimos en busca de la zona más elevada desde donde íbamos a tener una vista panorámica de Forbidden City. Ni bien entramos nos llamó la atención la tranquilidad del parque; no había tours en los alrededores!!! Pronto descubrimos la razón de su ausencia… para acceder al mirador había que subir una sucesión interminable de escaleras y rampas que requerían esfuerzo físico!!! Como regla general, si algo requiere esfuerzo las chances de que haya un tour son bajas.

Jingshan Park -Wanchun Pavilion

Subimos, subimos y subimos hasta llegar al Wanchun Pavilion, un pabellón ubicado en la zona más elevada del parque con un Buda en el interior. La vista panorámica valió todo el esfuerzo!!! Desde esta posición estratégica no sólo se puede ver la distribución de todas las edificaciones que componen Ciudad Prohibida desde arriba, sino también los alrededores con una combinación de parques, construcciones bajas intercaladas con edificios modernos de mayor altura. Como es de esperar la mayor parte de la gente se agolpaba en el lado que miraba hacia Forbidden City, mientras que el lado opuesto era un páramo silencioso y con sombra ideal para descansar escapando del bullicio y los rayos de sol del mediodía.

Panorámica de Ciudad Prohibida

Los alrededores

Si bien la vedete del parque es ese pabellón, el resto del lugar -una especie de jardín botánico con plantas y árboles con cartelitos, y pájaros revoloteando- también merece una recorrida. La gente que caminaba lentamente o picaba algo sentada en los bancos parecían vecinos del lugar en búsqueda de un momentáneo contacto con la naturaleza. Tuvimos la sensación de haber encontrado un oasis de tranquilidad en medio del caos, el ruido y la efervescencia de la masa de turistas. Una visita recomendable!!! Un must en el recorrido por Beijing.



La siguiente atracción era el recorrido por los Hutongs recomendado por Lonely Planet. Para llegar al punto de partida del paseo tuvimos que bordear el parque, cuya vereda había sido tomada por los autos y micros; era prácticamente un estacionamiento. Digamos que nadie se preocupa por el peatón. Luego seguimos por una avenida Di'anmenwai Dajie y giramos a la derecha en Di'anmen Dongdajie hasta encontrar la estación de metro Nanluoguxiang. Justo ahí comenzaba el "walking tour" por el Hutong menos auténtico de China! No voy a negar que las calles que recorrimos eran pintorescas y entretenidas. La calle principal estaba repleta de locales de comida al paso y negocios de chucherías varias de diseño al estilo Palermo mientras que las transversales eran más tranquilas pero con muy poco atractivo. Es un lindo paseo, pero está a años luz de ser un tradicional hutong como el que albergaba nuestro hostel. Acá fue nuestro primer contacto con la comida "callejera top" que incluía conos de papas fritas, pollo y calamares rebozados y fritos, manzanas acarameladas, licuados, yogurt helados y hasta churros!!! Si!! Churros con ese mismísimo nombre tal cual los conocemos acá!!! Quien espera encontrar churros en Beijing??? Si bien nos llamaron la atención, fuimos por un yogurt helado. Puede sonar naif pero este fue nuestro primer yogurt helado de la vida! Nos acercamos a uno de los puestos de "Ei Mio" y con ayuda del "dedo indicador" hicimos el pedido. Elegimos el tamaño, una fruta seca, una fruta fresca y una salsa, y terminamos con un frozen yogurt con almendras, mango y salsa de frutilla por 22 Yn. Aprovechamos que el lugar tenía un par de mesitas y nos sentamos a descansar mientras degustábamos este descubrimiento… aunque nunca le tuve fé a los yogures helados tengo que reconocer que este estaba rico.

Calle principal del hutong

Calle lateral del hutong

De las chucherías ofrecidas merecen una especial mención las hebillas de brotes y florcitas. Antes de viajar habíamos leído en un blog que en Shanghai estaba de moda llevar este tipo de adminículo ridículo en la cabeza… acá comprobamos que la costumbre trascendía los límites de esa ciudad y también estaba en Beijing. En China hay clientes para todo!!!

Hebillas de brotes y flores

Concluido el recorrido por el hutong seguimos caminando hacia Drum & Bell Towers, dos torrecitas ubicadas a pocas cuadras de distancia de donde estábamos. Como sus nombres lo indican, en una había tambores y en la otra campanas. En el pasado se utilizaron para dar la hora; en la actualidad sólo tienen fines turísticos. Justo cuando les estábamos sacando fotos sonaron los tambores, evento que sucede varias veces al día. Habíamos evaluado visitar una para tener una vista panorámica de los alrededores, pero al verlas tan bajitas desistimos…

Bell Tower

Durante toda la mañana, desde que salimos de Jingshan Park habíamos estado buscando casas de cambio… el dinero que habíamos cambiado en el aeropuerto no nos alcanzaba para todos los gastos cash que teníamos, incluido el hostel de Beijing y Xi’an, y la excursión a la muralla. Estábamos mal acostumbrados a otros países asiáticos donde era muy fácil cambiar dólares… pero China no es como cualquier país… Si no encontrábamos ningún lugar, como última opción habíamos considerado ir hasta el aeropuerto.

Con esa preocupación latente seguimos adelante, apenas era la tardecita y había tiempo. Próximo destino: Confucius & Lama Temples. Si bien las distancias parecen cortas en el mapa, en la realidad no lo son, así que esta vez en lugar de caminar decidimos tomar el subte hasta la estación Lama Temple. Tras caminar unos cuentas metros encontramos el cartel de Guozijian, calle en la que había que girar a la derecha y seguir caminando un poco más para encontrar la entrada al templo de Confucio. Tras pagar los 30 Yn de entrada ingresamos al Templo o mejor dicho al predio que alberga al conjunto de construcciones y jardines que conforman el “Templo”. Nos encontramos con un lugar muy tranquilo, con muy pocos turistas y en consecuencia, bastante silencioso. Recuerdo un edificio principal con varios instrumentos musicales de lo más exóticos y tamaño descomunal, los cipreses de los patios, unos pabellones semiabiertos con grandes tortugas en su interior y el Imperial College. Si bien disfruté de la tranquilidad del lugar, no me pareció particularmente deslumbrante.

Confucio

Selfie en Confucio Temple

Al salir volvimos a pasar por la boletería para ver si la empleada sabía donde podíamos cambiar dinero… Aún no sé cómo, pero de alguna manera entre señas y alguna palabra en inglés logramos comunicarnos y conseguir una información fundamental: a pocas cuadras había una sucursal del banco ICBC. Ups, eran las 15 hs! Guiados por los horarios argentinos había altas chances que estuviese cerrado… no perdíamos nada probando suerte.

Caminamos por Guozijian, pasando raudamente por los negocios que vendían sahumerios, cuencos y malas budistas, y tras girar a la izquierda en la avenida buscamos el banco. Se nos iluminaron los ojos cuando comprobamos que aún estaba abierto!!! Los bancos al menos en Beijing tienen un horario de atención al público más extenso que en Argentina. Primer obstáculo superado: habíamos encontrado un banco y estaba abierto!

El paso siguiente fue el cambio de dinero. Tras ingresar e intercambiar un par de palabras con la mujer de informes que no hablaba inglés llegamos al primer piso donde estaba la “caja” de money exchange. A diferencia de lo que estamos acostumbrados acá, frente a cada caja había una cómoda silla. En ese momento no había nadie, e inmediatamente nos ubicamos frente a la caja especializada en cambio de dinero. Mediante un trámite muy pero muy burocrático que involucro la presentación de pasaporte con visas para que le saquen fotocopias, completar un extenso formulario, firmar varios papeles en chino y más de 20 minutos, logramos cambiar dólares por yuanes. Ahí entendimos la presencia de las sillas frente a las cajas… Lo importante era que el objetivo estaba cumplido! Teníamos el dinero cash para vivir los próximos días!!!

Ya relajados decidimos visitar Lama's Temple, uno de los templos budistas más importante de Beijing, por no decir el más importante. Los 25 Yn de la entrada fueron muy bien invertidos. Lo primero que se me viene a la cabeza cuando pienso en este lugar es el olor y el humo de los sahumerios que me hicieron recordar los templos que habíamos visitado en Nepal. En medio de esa nube con olor a incienso, los devotos oraban arrodillados y se inclinaban hacia delante, de una manera similar a la que lo hacen los musulmanes. Completando esta escena tan especial, estaban los budas, las ofrendas de alimentos, algunas ruedas de oración y la versión local de las banderas de oración. Si bien estaban estos elementos típicos de los templos budistas, la cultura china hacía su aporte con sus características estatuas de parejas de leones guardianes; la hembra con su cría y el macho con la pelota bajo su garra. Si están en la zona y tienen que elegir entre los dos templos, sin dudas Lama's Temple es la mejor opción. Más allá de la parte edilicia nos hizo vivir una experiencia muy linda.

Gran foto tomada por Seba!


Mujeres orando en Lama's Temple

Ya estábamos físicamente agotados! Merecíamos un descanso… hay algo mejor que un cafecito? Ya habíamos fichado un Costa Café en el camino, hacia el cual nos dirigimos a tomar un capuccino. Si bien tratamos de no ser monótonos siempre terminamos tomando capuccino! No importa donde uno esté, el interior de este tipo de locales siempre es muy parecido, parecen inmunes a la influencia del estilo local.

Ni bien salimos de merendar, aprovechamos que estábamos prácticamente a metros de  Wudaoying Hutong y fuimos a recorrerlo. Creo que es pretencioso llamarlo hutong… era una angosta calle peatonal con más locales de diseño y lindos bares; un lugar muy top dedicados 100% a mochileros extranjeros. De chino no tenía nada!

Antes de que se hiciera de noche tomamos el subte para regresar al hotel. Si bien estaba comenzando el otoño, a la 5 de la tarde el sol ya estaba poniéndose… a las 6 ya era de noche! Para aprovechar bien el día había que acostarse y levantarse temprano, algo que no nos suele costar mucho.

El lugar elegido para la cena fue el mismo de la noche anterior. Ya teníamos en mente lo que queríamos probar ese día: dumplings! Es una pasta rellena cocida al vapor, serían como nuestros deliciosos sorrentinos o más específicamente como los momos que habíamos comido en Nepal. El restaurante parecía tener cierta experiencia en el tema; una carilla del menú era sólo de dumplings… había muchas opciones para elegir! Así que sacamos nuestro diccionario y fuimos buscando los idiogramas hasta identificar unos de cordero y unos de verdura. Habíamos encontrado lo que queríamos, pero la moza una vez más nos tuvo que hacer complicado el pedido… cuántas porciones? De alguna manera que no recuerdo, entre señas y señas, terminamos con dos porciones de cada uno…. Terminamos con 12 dumplings de cada variedad. Menos mal que estaba Seba para comer mis sobras! Seba acompaño la comida con cerveza -lo más caro de todo el pedido-. 

Comiendo dumplings


Una vez más volvimos tempranito al hotel a descansar. Habíamos tenido un día largo y agotador, habíamos caminado kilómetros, subido escaleras, golpeado chinos defendiendo nuestro lugar en la fila… merecíamos un sueño reparador!

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