sábado, 17 de junio de 2017

Cementerio de la Recoleta

By Sole

Sin duda uno de los lugares de Buenos Aires que merece una visita es el cementerio de la Recoleta. Este debe su nombre a los monjes recoletos quienes tenían el huerto de su convento en este lugar que fue expropiado para la construcción del primer camposanto público de la ciudad.



En sus cinco manzanas alberga 4870 sepulcros, con más de 70 declarados “Monumento Histórico Nacional”, en los que yacen los restos de reconocidos políticos, científicos, artistas, deportistas, y personajes de la alta sociedad argentina. Muchas de las bóvedas y mausoleos construidos principalmente en mármol, siguiendo diferentes estilos arquitectónicos, y ornamentados con esculturas, representan verdaderas obras de arte.
La lista de personalidades que encontramos en el interior es extensa, pero no me voy a detener en eso, sino en las historias y leyendas urbanas que involucran a varios de sus habitantes eternos.






Historias y leyendas:

Elisa Brown, hija del almirante irlandés Guillermo Brown

Detrás de la urna de bronce de Guillermo Brown (confeccionada con material de fundición de los cañones de barcos), se encuentra una más pequeña de madera con los restos de su hija Elisa. Cuenta la historia que el prometido de la joven, el comandante Francis Drummond, fue mortalmente herido mientras luchaba bajo las órdenes del mismísimo almirante Brown. Tras enterarse de la muerte de su futuro esposo, Elisa decide suicidarse ahogándose en las aguas del Río de la Plata reencontrándose con su amado el día en que hubiese tenido lugar la boda.


Salvador María del Carril

En este caso no vamos a recordar a Salvador María del Carril por haber sido el primer vicepresidente constitucional de la Nación durante el gobierno del general Urquiza, ni por haber sido gobernador de San Juan, sino por su curiosa bóveda funeraria cuya construcción fue encargada por su viuda doña Tiburcia Domínguez de Del Carril.

Parece que la señora Tiburcia era una compradora compulsiva, lo que generaba muchas discusiones con su marido que era el que ponía el dinero. El tema llegó a tal punto que Salvador se cansó de pagar las deudas, y tras varias advertencias a su señora publicó una nota en los principales medios de la época advirtiendo que ya no se haría cargo de de los excesivos gastos generados por su mujer. La indignación de Tiburcia fue tal que la pareja si bien seguía casada dejo de hablarse hasta que la muerte los separó.

Consistente con lo que fue su relación en vida, incluyendo los casi 30 años de silencio, la señora dejó en claro que cuando falleciera su busto debía mirar en la dirección opuesta a la estatua de su esposo prolongando su desdén más allá de la vida. 

Doña Tuburcia de frente, Don Salvador de espaldas

Liliana Crociati de Szaszak

Esta joven encontró la muerte en uno de los momentos más idílicos de una relación: la luna de miel. La pareja se encontraba en la localidad austríaca de Innsbruck cuando un alud sepultó el hotel donde estaban hospedados; ella murió en el acto. Algunos cuentan que ese mismo día, a 14000 km de distancia, también murió su perro Sabú. Los padres, devastados tras la muerte de su única hija, mandaron a construir una estatua de la joven con su mascota que se encuentra junto al sepulcro. Completa la desgarradora escena una placa con un poema intitulado “A mia figlia” escrito por su padre, un conocido escultor, peinador y poeta italiano.

Liliana Crociati de Szaszak

David Alleno

Este hombre no fue ningún personaje ilustre de la política, deporte ni del espectáculo; simplemente fue cuidador del cementerio durante casi 30 años. Estimo que le tenía mucho afecto a su lugar de trabajo, ya que invirtió los ahorros de toda su vida comprado una parcela que le asegurase la residencia eterna ahí. Precavido, viajó a Italia donde encomendó la construcción de su propia estatua de mármol para inmortalizar su imagen con la ropa de trabajo, regadera, escoba y un manojo de llaves.

La leyenda narra que una vez que el bajorelieve estuvo colocado en su lugar, don Alleno volvió a su casa y se suicidó. Ya había cumplido su objetivo en la vida…

David Alleno

Alfredo Gath

Uno de los dueños de las tiendas Gath y Chavez tenía un miedo que lo atormentaba: ser enterrado vivo. Haciéndole frente a su temor, mediante la ayuda de un ingeniero diseñó donde sería su última posada un mecanismo hidráulico por el cual cualquier movimiento en el féretro hacía que el mismo se activara abriendo la puerta del ataúd, lo que a su vez abría la puerta de la bóveda y hacía sonar la campana instalada en el campanario del mausoleo.


Rita Dogan

Los Sáenz Valiente tenían tal aprecio por su empleada doméstica Rita Dogan que tras su muerte decidieron enterrarla en la parcela familiar. El detalle es que guardando las distancias entre las clases sociales, la difunta tiene su tumba en Recoleta pero del lado del afuera del mausoleo. Con cama afuera hasta la eternidad...

"Con cama afuera"


Rufina Cambaceres

Sin dudas la historia de Rufina Cambaceres es una de las más conocidas y trágicas del cementerio. El día de su cumpleaños número diecinueve fue encontrada si vida. Sin una explicación clara de qué había provocado la muerte fue enterrada.

Pocos días después los guardianes del cementerio notaron que el ataúd se había desplazado. Al abrirlo observaron con horror que el cuerpo de la joven estaba en otra posición, con golpes y rasguños en el rostro. La historia más difundida cuenta que Rufina fue enterrada viva mientras sufría un ataque de catalepsia, al despertar dentro del cajón en un intento desesperado e infructuoso por salir se había provocado esas lesiones.

Hoy identificamos su mausoleo por la escultura de la muchacha invadida por una inmensa tristeza con la mano derecha sobre el picaporte de la puerta, tal vez intentando abrirla para regresar al mundo de los vivos. 

Algunos van más allá con esta historia y hasta cuentan que cada tanto se ve el fantasma de Rufina como la ´dama de blanco´ que deambula por el cementerio.

Rufina Cambaceres

El cementerio de Recoleta es un sitio de gran belleza arquitectónica, que nos invita a abstraernos por un rato de la realidad y sumergirnos en un mundo paralelo en el que se mezclan las historias verídicas con mitos que incrementan el misticismo del lugar.
Son muy recomendables las visitas guiadas gratuitas del Gobierno de la Ciudad. En los últimos años he realizado el recorrido en dos oportunidades en las que con gran pasión las guías cuentan algunas de las historias que les narré previamente y muchas más. (Para más información de días y horarios visiten la web de Turismo de Buenos Aires: https://turismo.buenosaires.gob.ar/es/atractivo/cementerio-de-la-recoleta). Sin dudas es un lugar que tienen que visitar.


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